Santa
religiosa que fue hija de María, y a su vez, fundadora de una de las
congregaciones más grandes para la Iglesia: «Santa María Mazarello», Hijas de
María Auxiliadora. Cuando tuvo edad comenzó a ir a la catequesis y a los
15 años, por invitación de Ángela Maccagno, ingresó al primer grupo de la Pía
Unión de las Hijas de la Inmaculada. La pertenencia a esta asociación le dio la
oportunidad de profundizar la devoción mariana. La Virgen se convirtió en el
ideal de vida consagrada y apostólica. Entonces su compromiso se intensificó y
se extendió a las jóvenes, a las madres de familia y a los enfermos del
pueblo. Perteneció a ellas durante dieciséis años que dejaron huella en la
joven María.
"Su
Primer Encuentro con Don Bosco"
1863
es un año muy revuelto, por lo visto. María empieza a coger a niñas internas,
abre una pequeña casa los fines de semana… Y en otro lado de Italia D. Bosco
tiene un sueño. Sí, otro de sus sueños. Esta vez sueña que ya está bien de
dedicarse sólo a los niños, las niñas también necesitan ayuda.
Y,
casualidad, a los pocos días se encuentra con Don Pestarino el párroco del
pueblo. Y hablando, hablando… le habla de María y su asociación. D. Bosco, que
comprende que es lo que deseaba, empieza a maquinar… Promete ir al pueblo. De
momento da al cura una medalla de Mª Auxiliadora para cada una de las jóvenes
que trabajan con Maín, que era el nombre que daban a María Dominica Mazzarello.
¡Una medalla! ¡Vaya cosa! ¿Vaya cosa? Pensar que
cuántas cosas consiguió Don Bosco pidiéndoselas a María Auxiliadora. Y un día Don Bosco se presenta con la banda de sus
chicos . ¡La que se armó! Como ya era famoso, hasta adornaron el pueblo. Conoce
y saluda a María y sus amigas, cuando se va, lanza una propuesta al pueblo:
¿Por qué no hacéis un colegio? La cosa cuajó. Y todo el pueblo se puso a
construir el colegio para Don Bosco.
La verdad
es que pasaron mucha hambre, viviendo como podían; pero como tenían claro lo
que querían, siguieron adelante. Mientras tanto, el colegio está acabado y Don
Bosco viene a bendecirlo. Cuando se entera de cómo viven las chicas, dice para
sus adentros: ¡Ya está! Estás son las de mi sueño. Se encargarán de las chicas
como yo de los chicos. Y les manda un reglamento.
Mientras, María y sus compañeras de Asociación
deciden ir a vivir juntas, en comunidad, y así poder atender mejor a las niñas.
Pero los padres de María se niegan. Don Pestarino intercede y les convence.
¡Empieza una nueva época para ellas! Eligen a María “directora”. Ella no
quiere. ¡Si casi no sabía leer y escribir! Pero insisten tanto…que por fin
acepta. Poco después llama a Don Pestarino para preguntarle cómo ve que las
Hijas de la Inmaculada se conviertan en las Hijas de María Auxiliadora; es
decir, que sean las Fundadoras de la Congregación de las Salesianas… Y para
empezar, que el colegio que habían hecho será para las chicas. ¡¡¡La que se
armó en Mornese!!! Con lo que les había costado hacer el colegio ¡Iba a ser
para mujeres! Fue la guerra. Hasta piedras les tiraron. Pero como toda obra que
es de Dios, dio frutos que perduran hasta nuestros días.